Rodajas de fruta en su punto óptimo de madurez,
cuidadosamente peladas, libres de partes no
comestibles y seleccionadas por su calidad.
Cortadas en rodajas uniformes, se sumergen en un
almíbar como líquido de cobertura y se someten a
un proceso térmico que asegura su esterilidad
comercial, preservando su sabor y frescura.