Fácil, ágil y práctica para preparar jugos, batidos, mermeladas, postres, helados entre otros.
Conservación de la fruta por tiempo prolongados y es posible disfrutarla en cualquier época del año.
Fácil de transportar y manipular.
Ahorro de tiempo y poco espacio para el almacenamiento.
Solo se compra la parte útil de la fruta, evitando la acumulación de desperdicios y pérdidas por pudrición.